miércoles, 28 de octubre de 2009

Espuma tibia para heridas saladas

Si lo traduzco no tiene gracia, definitivamente. El tema de Leonard Cohen "Hey That´s Not The Way To Say Goodbye" es una de esas canciones "espuma tibia para heridas saladas": te abriga a la par que te deja hechx unx enchastre de lágrimas (a esa misma categoría pertenecen canciones como "There´s A Light That Never Goes Out" de The Smiths, "She Talks To Rainbows" de Los Ramones y prácticamente todo el repertorio de Tom Waits).

Pero esa frase, esa maldita frase... "(...) your eyes are soft with sorrow (...)", traduciéndola haría un estrago así como "(...) tus ojos están ablandados por la culpa"; pero nunca una traducción tan mezquina podría hacerle justicia a sensaciones tan palpables y elusivas a la hora de contornearse en palabras. "Your eyes are soft with sorrow"... ¡¿Leonard Cohen, cómo pudiste escribir algo así?! Unx se imagina la cabeza rubia remoloneando en las sábanas despintadas de siesta ("...your hair upon the pillow like a sleepy golden storm..."); pero por sobre todas las cosas, ese punto agudísimo en donde los ojos revientan en coágulos nebulosos, la pupila se diluye entre islotes de color lavado, entintados en angustia, angustia que quiebra la voz, angustia-bloque geométrico que se encalla ardiendo en la garganta. Las palabras, los ojos, la voz rajada, ablandadas por la culpa. Me niego a seguir usando esa traducción. Porque la frase original es demasiado hermosa, y por sobre todas las cosas, demasiado justa.

domingo, 18 de octubre de 2009

Un corazón al desnudo narcotizado con las flores del mal

Últimamente, uno de los ejes de gravitación de la febril y cada vez más abombante carrera en círculos que vive en mi cabeza, era la cuestión del amor y el deseo. De hecho, todavía estoy acariciando las vivas resonancias que dejó en mí una charla que sostuve con algunas cumpas en el viaje de vuelta de Tucumán a La Plata, cuando armamos una suerte de extensión motorizada del taller de Mujeres y Sexualidad. Hace ya un tiempo que adopté, con mucha ironía socarrona y gusto por el placer iconoclasta y escéptico, pero también con una buena dosis de desgarro emocional, la frase "el amor es el opio de las mujeres" de Betty Friedan y Kate Millet como muletilla de cabecera, como estribillo incendiario de un momento personal que se ha extendido lo suficiente (haciéndose molde elástico de un montón de ansiedades, sensaciones e inquietudes) como para que podamos hablar de momentos, o en todo caso, de ardor sediento por nuevas búsquedas.

Pero le estoy robando mucho espacio a la estrella (negra, salvaje, descarnada) del post, que es el testimonio personal de Charles Baudelaire (mi pluma favorita de todos los tiempos, tutela capital en mi formación de adolescente darkie, me hago cargo del cliché :P). Con la amarga y elegante lucidez que le concedió la soledad y el tránsito noctámbulo por las calles del opio, Baudelaire escribió en sus cuadernos personales, allá lejos y hace tiempo, a mediados del siglo XIX:

"(...) Creo que ya escribí en mis notas que el amor se parece mucho a la tortura o a una operación quirúrgica. Pero esta idea puede ser desarrollada del modo más amargo. Aún cuando los dos amantes estuvieran muy enamorados y muy llenos de deseos recíprocos, uno de los dos siempre estará más tranquilo, o menos poseído que el otro. Ése o ésa, es el operador o el verdugo; el otro es el sujeto, la víctima. ¿Escucháis esos suspiros, preludios de una tragedia de deshonra, esos gemidos, esos gritos, esos estertores? ¿Quién no los ha proferido, quién no los ha irresistiblemente arrancado? ¿Y qué encontráis peor que eso en la tortura aplicada por cuidadosos torturadores? Esos ojos extraviados de sonámbulo, esos miembros cuyos músculos se sacuden y se contraen como bajo la acción de una pila eléctrica, ni la embriaguez, ni el delirio, ni el opio en sus más furiosos resultados, os ofrecerán por cierto, tan espantosos, tan curiosos ejemplos. Y el rostro humano, que Ovidio creía hecho para reflejar los astros, helo aquí que no expresa más que una ferocidad loca, o que se distiende en una especie de muerte. Porque, ciertamente, yo creería cometer un sacrilegio aplicando la palabra "éxtasis" a esta especie de descomposición. ¡Espantoso juego en el que es necesario que uno de los jugadores pierda el gobierno de sí mismo! Una vez preguntaron delante de mí en que consistía el mayor placer del amor. Alguien respondió naturalmente: "en recibir"; otro: "en darse". Éste dijo: "¡placer de orgullo!"; y aquél: "¡voluptuosidad de humillación!". Todos estos cerdos hablaban como la Imitación de Cristo. Al fin apareció un impúdico utopista que afirmó que el mayor placer del amor era el de formar ciudadadanos para la patria. (...)"

Es así como el tío Charlie, todo un cultor de aquella máxima suya que postulaba "lo que hay de embriagador en el mal gusto es el placer aristocrático de desagradar", termina su dolorosa disertación, aportando una cuota de su caústico y refinado humor satanista:

"(...) Por mi parte, yo digo: la voluptuosidad única y suprema del amor consiste en la certidumbre de hacer el mal. El hombre y la mujer saben, de nacimiento, que toda voluptuosidad se encuentra en el mal".


PS 1: mi concepción absolutamente negativa del amor refiere al mito del amor romántico, sacralizado, trascendental, asimétrico, ritualizado, y a la jerarquización de esa modalidad de amor por encima de otras posibilidades erótico-afectivas subalternas, desclasadas y polimorfas. Obviamente, he estado enamorada, de forma convencional, por así decirlo, y también de formas más lúdicas y emancipadoras. Esta náusea no se la dedico, entonces, a toda la profusión de modos bastardos de comunicación (erótica, política, sensible, intelectual) con la/el otrx; sino al Amor (así con mayúsculas dictatoriales y esencialistas) como única y fatal posibilidad, que se alimenta con el sacrificio de las individuales en el altar monstruoso de la Pareja.

PS 2: la ilustración que acompaña esta nota es un Autorretrato del mismo Baudelaire, bajo los efectos del hachís.

sábado, 17 de octubre de 2009

Las paredes limpias no dicen nada

Acá una surtida antología de graffittis, stencils y demases formas de rabia feminista hirviendo en las paredes tucumanas. En realidad, se trata de una re-recopilación de un post de Indymedia, "Impregnadas en la Pared", con algunos de los slogans, escraches y manifiestos más elocuentes de la marcha del domingo en el 24° Encuentro de Mujeres.









Ah, y aprovecho la oportunidad para hacerle acordar a mi cumpa Chica Ostra Rabiosa, que se acuerde de mandarme la foto feminista rutera que sacó con su celular ;)

Para más fotos del Encuentro, cortesía de nuestras amigas de militancia de la Colectiva Feminista Las Furiosas y Malas Como Las Arañas, hacer click aquí. Y excelentísima la cobertura del Encuentro por parte de las cumpas de Indymedia Género (grosas María y Fatima).

jueves, 15 de octubre de 2009

sábado, 3 de octubre de 2009

Hey Maggie, ¿cómo se siente ser la madre de un millón de muertos?

"No quiero una vida de mentiras y pretensiones. No quiero jugar al ataque y la defensa. Sólo quiero mi propia vida. Sólo quiero ser libre. Para que vos puedas ser vos y yo pueda ser yo."

Allá lejos y a fines de los 70s en Inglaterra, existió alguna una vez una banda llamada The Crass. Me corrijo: no eran simplemente una banda musical, eran un colectivo artístico cuyas filas estaban conformadas por espásticos verborrágicos y caústicas furiosas libertarias, que estremecieron los escombros (y se los ofrecieron bien servidos en escabeche y bandeja de plata a la Reina) de una sociedad caduca, comatosa y estéril sacudiendola con su sanguínea furia lumpen. Nombres como Eve Libertine, Steve Ignorant, Peeve Libido, Joy DeVivre, Penny Rimbaud y Gee Vaucher eran partners in crime con un primoroso prontuario a sus espaldas: anarcos, okupas, ecoterroristas, feministas radicales, situacionistas. Juntxs formaron una de las expresiones más políticamente incorrectas, irreverentes y activistas que se haya visto a lo largo de la historia de la música. Renegando de la rebeldía prèt à pòrter ("pseudo punkitos con el acento finito y blah blah blah") de sus congéneres, se decidieron llevar un poco más allá su declaración de principios hasta convertirla en causa y estandarte de sus actos. Podríamos concederles el mérito de haber sido lxs más consecuentes promotorxs de una de las más bellas y movilizadoras consignas punk: el do it yourself o el "hacelo vos mismo".
The Crass no era sólo una banda de gritonxs con náusea, sino que extendieron todo su cam
po de operaciones hacia todas las áreas posibles de la escena cultural, siempre buscando despertar la escisión inteligente, el desprendimiento contrahegemónico: fanzines, artes plásticas, panfletos políticos, escándalos en la vía pública, pinchadas de teléfono, manifiestos escritos en cuerpos enérgicos hasta la afonía. Eran un puñado de monigotes haciendo estragos con la guitarra, su música era estridencia, ardor, espontaneidad guiada por un radical sentido de la urgencia, es algo que hierve en las entrañas y taladra el pecho, un revulsivo de-collage de denuncias, verdades y visiones enhebradas con la dificultad de unx niñx atragantado de realidad pero empapado de coherencia (querés decir todo/pero no sabés como empezar/por dónde/cómo decirlo).
El resultado: virule
ntos estallidos antiinstitucionales en "Yes, Sir, I Will" o "Christ: The Album" o vehementes postulados feministas como "Penys Envy" (inolvidable performance de Eve Libertine cuando en "Smother Love" -anticipándose a la frase iconoclasta de Kate Millet de "el amor como opio de las mujeres", canta con virginal compulsión: "¿vos me amás, vos me amás? ¿Vos me querés toda para vos? ¿Me amás? Decime que me necesitás, que soy la única, decime que soy tu todo, construyamos una casita, construyamos una casita con nuestros pequeños niños, la prueba de nuestra normalidad que justifica el mañana"); incluso uno de sus singles se titula "¿Qué se siente ser la madre de un millón de muertos?", dedicado a Margaret Thatcher en plena guerra de Malvinas (el disco contenía una grabación clandestina en donde Maggie hablaba con un Secretario de Estado revelando información confidencial y estratégica de la guerra). Llegaron a aguijonear tanto que hasta la Scotland Yard estuvo tras sus talones. Letras increíblemente mordaces, con una lucidez pocas veces vista en una banda de rock, acompañada por hilarantes afiches (creadas por la increíble diseñadora gráfica Vaucher) en ponían al mundo entero en un escaparate del ridículo, mofandose de todo aquello que consideraban absurdo y fútil: la guerra, Dio$, lxs políticxs, la Igle$ia, los tecnócratas, el star system, la escuela, la familia, la mujer-objeto y el varón- máquina. 1984 (como el año de la profecía orwelliana) fue el año en que dejaron de existir.

Recauchutaje de la Reina perpetrado por Vaucher para el arte del single "Nagasaki Nightmare"

Arte de Vaucher para el disco "Penys Envy"

¿Más botones de muestra? La letra durísima de "Systematic Death", de uno de mis discos favoritos de todos los tiempos, "Penys Envy":

"Muerte sistemática" ("Systematic Death"):

Sistema, sistema, sistema

Muerte en vida.

Sistema, sistema, sistema

La navaja del cirujano.

Sistema, sistema, sistema

Hachando el cordón.

Sistema, sistema, sistema

Unx niñx nació.

Pobre cabroncitx, pobre niñx

Nunca pidió una vida, ella nunca lo hizo.

Pobre bebitx, pobre pulguita

Llorando por comida mientras sus padres pelean,

Llorando por comida mientras sus padres pelean.

Sistema, sistema, sistema

Mandarlo a la escuela.

Sistema, sistema, sistema

Forzarlo a arrastrarse.

Sistema, sistema, sistema

Enseñarle cómo engañar.

Sistema, sistema, sistema

Pateale el pie.

Pobre nenito, pobre mocosito

Ellxs lo palmearán si es bueno y lo golpearán si es malo.

Pobre pibito, pobre chabón

Ellxs lo forzarán a alimentar su cabeza con su inútil basura.

Sistema, sistema, sistema

Ellxs le enseñarán a cocinar.

Sistema, sistema, sistema

Ellxs le enseñarán cómo debe verse.

Sistema, sistema, sistema

Le enseñarán a ella todos sus trucos.

Sistema, sistema, sistema

Crean otra víctima para sus grasosos pellizcones.

Pobre nenita, pobre jovencita

Otro pequeño objeto para pinchar y pellizcar.

Pobre dulce niña, pobre caballita

Ellxs joderán su mente para poder joderla boba.

Sistema, sistema, sistema

Él crecerá para ser un hombre.

Sistema, sistema, sistema

Educado para encajar en el plan.

Sistema, sistema, sistema

Cuarenta años de trabajos.

Sistema, sistema, sistema

Oprimiendo botoncitos, tirando palanquitas.

Pobre obrero, pobrecito siervo

Trabajando como una mula por la mitad de lo que vale

Pobrecitos insertados, pobrecitos caballeros,

Trabajando por un dinero que en realidad ya gastó.

Trabajando por un dinero que en realidad ya gastó.


Él está vendiendo su vida,

Ella es su leal esposa,

Tímida como un ratoncito.

Ella tiene su casita,

Él tiene su autito,

Y ellxs comparten la barra de cócteles.

A ella le gusta cocinar sus comidas,

Sabés, eso que se parece.

A veces él trabaja hasta tarde

Y su cena tiene que esperar

Pero a ella no le importa realmente

Porque él está haciendo tiempo-extra.

(...)

Ellxs van a la piscina cada semana,

Esperando ese afortunado recreo.

Luego ellxs harán un viaje al extranjero,

Haciendo todas las cosas que no podrán pagar.

A ella realmente le gustaría tener una piel,

A él, un auto más grande.

Ellxs podrían comprar un bungalow

Con una puerta georgiana para mostrar.

Él podría pensar en dejar el trabajo,

Pero no, no le gustaría holgazanear.

Él prefiere quedarse y cobrar por sus días honestos.

Él tiene toda una vida de trabajo por delante,

No hay descanso para los muertos.

Ella trata de hacérselo más agradable,

Él sólo le dijo "gracias", una vez o dos.


Sistema, sistema, sistema

Despojados de toda esperanza.

Sistema, sistema, sistema

Educados para no dar más abasto.

Sistema, sistema, sistema

Esclavxs desde el principio.

Sistema, sistema, sistema

Hasta que la muerte los separe.


Pobre cabroncitxs, qué lastimoso par

Les robaron sus vidas, pero a ellxs no les importó.

Pobre queriditxs, tus vecinxs de al lado,

Víctimas del sistema y sus crueles bromas.

Víctimas del sistema y sus crueles bromas.


La pareja contempla las ruinas

Y los sueños de un hogar dulce hogar.

Ellxs casi terminaron de pagar la hipoteca

Cuando el sistema arrojó sus bombas.


PS: Les dejo el link para bajar los discos de The Crass.