martes, 25 de mayo de 2010

This is my truth, tell me yours

Unx de mis referentes en mi "devenir manifiesto" por una ética-estética que enardece y duele por lo abrasiva y demandante (por esto que Sontag decía ser, al mismo tiempo, "una esteta enamorada y una moralista obsesiva"), es Greg Graffin, vocalista y alma matter de la banda de hardcore californiana, Bad Religion. Iba a poner "Greg Graffin es, además de cantante e ideólogo híper consecuente de una de las bandas fundamentales (parafraseando al mito de The Clash, "una de las últimas bandas que importan") de la escena punk, es doctor en ciencias biológicas y un reconocido y brillante profesor en la Universidad de California”. Pero no es “Graffin es punk y además es profesor” o “Graffin canta y además enseña”. No hay un además que segregue y habilite la excepción. Es “Graffin canta y enseña” o “Graffin es profesor porque es punk”.

En muchas oportunidades, Greg ha dicho que los conciertos de Bad Religion son como asistir “a otro tipo de clase”. O quizás me falle la memoria, y las clases de Greg sean como una performance punk. O tal vez no haya diferencia en situaciones donde se trata de expresarte hasta quedar a merced de la curiosa receptividad de otrxs, con el corazón colgando de las encías, jadeando hambrientx por identificación, por respuestas, en otras palabras, por deseo. Estoy segura hasta la médula de que Bertolt Brecht se habría hecho pis en un recital de Bad Religion. Y Greg Graffin es una ejemplar figura brechtiana porque abraza la épica del conocimiento, la erótica del intercambio y la construcción intelectual colectiva. Desde mi humilde lugar como docente universitaria, quisiera pensarme como Greg se piensa a sí mismo. Porque no he dado ninguna clase en mi vida, que no haya sentido primero en el cuerpo. Porque nunca he tenido otra sensación en el aula de que se me derrapa la vida delante de otrxs, y que primero la idea se genera como asalto eléctrico al espinazo para después estallar histriónicamente en mi boca y en mis gestos. Porque amo apasionar y movilizar a otrxs con las cosas que a mí me apasionan y me erizan la piel. Porque no hay nada más punk que eso. Y cito de memoria el “Manifiesto Punk” escrito por Graffin: “(…) el punk es eso, la creencia de que este mundo es lo que hacemos de él, la verdad proviene de nuestra comprensión de cómo son las cosas, no del ciego apego a fórmulas acerca de cómo deberían ser.”

¡Por más profes punks brechtianxs que den cátedra en el escenario, en las aulas, en la vida!

Y ahora sí, a corear todxs:

("...) See I'm a 21st century digital boy
I don't know how to read but I've got a lot of toys
My daddy's a lazy middle class intellectual
My mommy's on Valium, so ineffectual
Ain't life a mystery?"

martes, 23 de marzo de 2010

Amos B. Demented (parte I)

Amos Vogel (cineasta, crítico e historiador del cine) escribió "Film As A Subversive Art", un libro impresionante que, allá lejos y hace tiempo, cometí el error de no comprar (maldito sea el fetiche del libro-objeto, pero me cuesta mucho erotizar el .pdf, me desespera su evanescencia que escapa a todo intento de participación e intervención personal: lxs que me conocen sabrán cuánto disfruto del profano placer del subrayado y de la nota al pie pagana), y que hoy tengo virtualmente en mi compu.

La revista virtual audiovisual "Miradas de Cine" publicó un artículo destacando algunos de los principales films sobre los que gravitaba el libro de Voguel, "una no-ortodoxa historia del cine abyecto", y aquí "abyecto", en lugar de remitirnos a la poderosa sentencia de Rivette (el artículo de "El Travelling de Kapo" es una de mis obsesiones fundamentales cartografiando la formación de mi mirada), más bien valdría pensarlo en términos butlerianos: aquello que resiste a ser violentado en contornos de legibilidad, lo no-dicho y lo que jamás debiera decirse (Lovecraft ruined my soul), excomulgado de las coordenadas del sentido por extraño, desbordante, mutable, y claro que sí, interpelador.

Este post no va a hacer otra cosa que refritar ese artículo, dividiendo la selección en décadas, más que nada para hacer una suerte de conteo "late-nola-sila" (yo era una ñoña irredenta de los álbumes de figuritas).

Década del 20:

1919.- Alemania: El gabinete del Dr. Caligari , Robert Wiene

1924.- Alemania: La última risa , F. W. Murnau

1924.- Francia: El difunto Matías Pascal , Marcel L'Herbier

1924.- Francia: Ballet Mecanique , Fernand Leger

1924.- URSS: Huelga , Serguei Eisenstein

1925.- Alemania: Varieté , E. A. Dupont

19 26 .- Francia: Anemic Cinema , Marcel Duchamp

1927.- EUA: The Cat and the Canary , Paul Leni

1927.- Francia: Un chien andalou , Luis Buñuel

1928.- URSS: Tormenta sobre Asia , Vsevolod Pudovkin

1929.- EUA: H20, Ralph Steiner

1929.- URSS: El hombre de la cámara , Dziga Vertov

(fragmentos de la alucinatoria conspiración de los objetos conjurada en "Ballet Mecanique"... y la deliciosa sonrisa de estrella de mar de Kiki De Montparnasse)

domingo, 21 de marzo de 2010

Satanás vive en el aforismo


RUIDO: Olor nauseabundo en el oído. Música no domesticada. Principal producto y testimonio probatorio de la civilización.


(extracto del "Diccionario del Diablo" de Ambrose Bierce)



(frame de la genial "Invocation Of My Demon Brother" del mefisto-lisérgico Kenneth Anger)

viernes, 12 de marzo de 2010

This one is for the freaks...

Estoy a un puñado de minutos de rendir la última materia de la carrera. Creo que pocas veces estudié tanto en mi vida y lo peor de todo es que estoy insolentemente relajada. Quizás al final de cuentas, algo de seguridad y orgullo haya construido en todo este tiempo, una piba ex-cuatro-ojos, que dilapidaba los recreos para "adelantar" tarea, fóbica a la mayoría de los ritos y circuitos de socialización púber-adolescentes, amante de las mitologías, que escribía poesías muy horribles con palabras emperifolladísimas, que se emocionaba con la música de "La Aventura del Hombre" y que hasta los catorce ¿quince? años, jugaba a las muñecas... bueno, esa misma piba que tiene hoy un parche que dice "ÑOÑA" (con la A de anarquía) con alfileres de gancho agarrados del corazón, esa es la que va a rendir el último final, en cuestión de minutos nomás.

Ésta va para lxs freaks.


This one's for the freaks
For you're so beautiful
For all the devotion
Written in your soul

This one's for the freaks
For the lost and weak
For the butterflies and devotees
For the disciples of our destiny

And like the underdogs we are
Shining bright but now disappeared
And like the underdogs we are
Passing like some fading stars
Like some fading stars

This one's for the freaks
Beaten down and lost
The shy and withdrawn
Or just out of touch

May you stay like freaks
May you make mistakes
May ya will never break
For underdogs revenge is sweet, revenge is sweet

This one's for the freaks
This one's for the freaks
People like you, need to fuck
Need to fuck People like me

This one's for the freaks for the lost and weak
This one's for the freaks


lunes, 18 de enero de 2010


"(...) En Aliens (1986), la butch latina Vasquez nos proporciona un interesante ejemplo del doble estereotipo: la butch que es estereotipada por lo racial y también por el género. En esta película, Vasquez despliega su iconicidad butch por medio de un elaborado ritual de proezas físicas, de discurso ingenioso y de habilidad en el uso de las armas de fuego. En su primer escena, la cámara nos muestra a Vasquez reparando la cabina principal; un soldado le dice, para picarla:

"Oye, Vasquez... ¿nunca te han tomado por un hombre"

Y ella le contesta, mientras se sube el jersey:

"No, ¿y a tí?"

La aguda respuesta desnaturaliza muy bien el género y devuelve literalmente la mirada, impidiendo que el soldado blanco reclame el lugar de lo universal e, incluso, el de la humanidad."

Judith Halberstam, "Masculinidad Femenina"

Fotos "Jax´s front"- "Jax´s back" (1991) de Del Lagrace Volcano

domingo, 10 de enero de 2010

Atención, muy pronto...

Se viene el

Terrorismo Normafóbico


... estén conectadxs para más novedades...

sábado, 2 de enero de 2010

Bloody Mary wants to marry me

Aclaración de turno: me gusta mucho- muchísimo el género epistolar, supe ser una de las últimas defensoras de la preciosísima experiencia-vínculo epistolar que no incluye solamente el hecho mismo de la carta, sino y sobre todas las cosas, una serie de rituales únicos hechos de materia (el compromiso sanguíneo que implica el contacto íntimo y desnudo del puño, la muñeca arqueada, la lapicera/lápiz y el papel... ellxs se secretean como mejor saben, con la complicidad amiga del chisporroteo del fuego), temporalidad (la espera, elástico y delicioso balancearse en el tiempo hecho medialuna cuántica) y expectativa (la ansiedad que circula como un pulso clandestino, subterranéamente a través de geografías y días arrancados al almanaque... se escapa con la ruptura del sobre y le pega una palmadita en el hombro a Kierkegaard -y después a los Manic Street Preachers, claro está-, que decía aquello de "la ansiedad es libertad"). Posteriormente, mi afición por mandar cartas (y con ella, un montón de amistades conocidas únicamente a través de ese medio... así como la literatura epistolar es un género literario, las amistades epistolares son un género más de esa inquietante y apasionante cantera de ficciones que son las relaciones humanas), se perdió, o más triste aún, quedó reducida al ejercicio eventual de una dedicatoria firmada (igual, hago de esto un acto terco y convencido: no regalo libros que no estén dedicados).

Toda esta intro, trivial, emperifollada hasta la náusea (¿hasta cuándo voy a seguir tributándole flores a una academia que detesto?)... esta intro que el mismo Charlie Bukowski detestaría... es una excusa simplemente para compartirles una de las cartas más fuertes, certeras y -a pesar de eso/por eso- hermosas que leí en mi vida. Es del tío Bukowski, 1963, escrita a su amiga Ann-Bauman. Palabras sobran, silencio por favor, que éste es un puñado de costras hablando:
________________

A Ann Bauman, 2 de mayo de 1963.

estoy escribiendo esto después de nuestra conversación telefónica, y vos no tenés plata, y deberías tener, y sin embargo también hace bien no tener, fuiste un sonido desde la oscuridad, y te amo por eso, hay algo bueno en
vos, puede que no lo sepas, pero existe, y olvídate de todas las comas y de esta charla estilo libre... es tan raro escuchar un sonido en la locura. no me siento cómodo hablando por teléfono. no me siento cómodo hablando.
aunque digo cosas pequeñas y tontas, es sólo por vergüenza y carencia de habilidad y de corazón y por todas las carencias que me impiden expresar lo que quisiera, y cuando cuelgo el teléfono siempre siento que fracasé. no un
fracaso ordinario, sino un fracaso que afecta a todo: a mí mismo, a vos, a nuestra próxima mañana, a todas las maneras en que se enrosca el humo. Ann, creo que tenés que saber esto: no soy básicamente un poeta, odio a
los putos poetas que se complican la vida contra el mundo quejoso, y los poetas son malos, y el mundo es malo, y nosotros estamos acá!, sí. lo que quiero decir es que la poesía, la que yo escribo, es sólo una décima parte de
mí. las otras nueve partes están asomadas a un acantilado sobre el mar escupiendo maldiciones baratas. me gustaría sufrir a la manera clásica y tallar un mármol que dure siglos después de este perro que escucho tras mi
ventana de 1963, pero estoy maldecido y abofeteado y malgastado hasta la nulidad en mis brazos y ojos y dedos y esta carta esta noche, 1 o 2 de mayo de 1963, luego de escuchar tu voz en el teléfono.

merezco morir. espero la muerte como a un halcón engalanado que con su pico su canto y sus púas busca mi sangre enjaulada. suena lindo, pero no lo es. la poesía que es parte de mí, la realidad aparente, lo que escribo, es bosta y basura y saliva y viejas naves de combate que se hunden. sé que cuando el mundo --que es barato y sin clase ¿y qué más? ¿qué más?-- olvide la poca poesía que escribí, no ser¡ del todo culpa del mundo, porque yo no pienso en escribir, y sólo el filo del cuchillo, con el que unto la manteca o corto la cebolla, tiene un poco de práctica en los versos de mi mente.

no sabés lo importante que fue tu llamada para mí, aunque te debo haber parecido torpe y atolondrado y estúpido, pero me gustaría que no me volvieras a llamar porque sé cómo te están yendo las cosas (no muy bien) y no quiero que la poca buena gente del mundo sea herida por bukowski el vomitador. todo esta bien ahora, pero yo no sé si vendrá¡ o cuando vendrá el próximo ataque, lo cual es un punto de vista cobarde, y todos los hombres son cobardes al ahogarse, escúchalos gritar, ¿y qué es la vida? ¿qué? hundiéndose en el agua, y no es la falta de aire y luz y pulmones y ojos y amor lo que cuenta: es esta picazón que pusieron en nosotros y que nos hace preguntarnos por qué carajo estamos acá¡. por esas pocas cosas. como una llamada desde Sacramento a las 7.30 de la noche. no sé, no sé, y eso es tan triste. si las cosas se arreglaran con mi llanto, todos nos ahogaríamos en mis lágrimas enfermas. pero no sé qué hacer. tomo demasiado. o no lo suficiente. hago apuestas. hago el amor con mujeres que sólo viven dentro de sus cuerpos y miro los copos de sus ojos y sé que les miento y que me miento porque no soy más que un perro, y el amor o su acto deberían contener algo más que dos pedazos de carne friéndose en una sartén o todo est¡ perdido como pasto del jardín o caracoles pisados y aplastados, abandonados a una suerte de viscosidad viviente, a una vida triturada para siempre.

este asunto de la poesía es el peor de esos pisotones. te debilita. y si un hombre ya es débil antes de escribir poesía, entonces se convierte, finalmente, a través de los golpes de sombras y quejas, en lo que es: sólo
otro muchachito rosado que hace su fucking trabajo de la manera más frágil y vomitiva.

tenés que entender que hay otros modos de enfrentar la vida que no son la máquina de escribir. quienes lo hicieron así quizá¡ no sean el mejor ejemplo. nunca tomes al Arte como un espejo sagrado. lo justo siempre es poco, y eso incluye a todos los siglos. los países más honorables no sobreviven por coraje, ni las épocas sobreviven a los buenos artistas. todo es azar y mierda y el golpe de los vientos. por favor perdóname las malas palabras. si hay
algo que odio es una palabra vil dicha vilmente o un chiste verde o el sexo y la vida de un hombre y una mujer que quieren la cosa así como está. quizás yo esté perfectamente loco y vos deberías saberlo (una nota más sombría con chillidos dorados) y no tengo intenciones de agarrarmelas con tus obras de teatro... algunas están bien... Racine, etc., y uno sólo se puede reír de eso cuando no da o intenta, y yo digo adelante: versos o llamadas telefónicas o tarjetas de crédito o muerte o amor o enormes balnearios en playas de sonido y golpes y momentos de medianoche, te agradezco por seguir y yo, también, mientras tanto, sigo un poquito más.

p.d.: no me odies por sentir más de lo (quizás) necesario. puede que sea mejor que las ranas perdidas y el aire quemado de nylon y neón... puede que sea mejor que nos convirtamos en criaturas de gestos en vez de realidad, y el matrimonio es una realidad de la vida y muy pocos de nosotros pueden soportar el matrimonio o la realidad o la vida.

charles bukowski