domingo, 9 de agosto de 2009

"Tanto soñé contigo..."

Nunca pude creer cómo nadie más lo había notado. Soy surrealistófila desde los diecisiete, desde entonces fue ardorosa compulsión por entrar en contacto con todo material que anduviera dando vuelta de la troupeé de Breton, fue definirme militantemente como "bretoniana" frente a todos aquellos que renegaban de los autoritarismos del "Papa André", fue nostalgia insolente por una época que no viví, y sobre todo, fue comenzar a obsesionarme con el enigma de los ojos de Robert Desnos. Robert Desnos, poeta francés, miembro de la primer camada fundacional surrealista (1922-1929), fue bautizado por André Breton, en el mismo Manifiesto de 1924, como "el profeta del movimiento": el bello y perfecto durmiente, Desnos podía soñar prescindiendo de los párpados. Ejercitó el sueño como la poesía, independientemente de toda condición fisiológica, de toda orden psíquica y emocional, abandonándose a la narcolepsia como la más bella de las artes. En aquel momento, los surrealistas contaban con una Oficina de Investigaciones Surrealistas, encargada de explorar los abismales misterios del inconsciente a través de la experimentación por diversos métodos, entre ellos, la hipnosis. De más está decir que Desnos era el favorito para este tipo de incursiones, el médium surrealista por antonomasia, voluntad hecha a un lado, ahí estaban ese cuerpo que se volvía pantalla de linterna mágica, transluciendo todos los arabescos -los más hermosos pero también las más sórdidos- que viven, aman y conspiran en el vientre del sueño.
Como botón de muestra basta la descripción que hace Louis Aragon de Desnos como el más entregado y generoso de los posesos, en su fascinante "Una Ola de Sueños" (bellísima carta de amor al movimiento, anterior inclusive que el Manifiesto Surrealista, "poesía pura" me dijo el dueño de uno de los puestos de libros de Plaza Italia, cuando lo descubrí):

"(...) En el café, entre el ruido de las voces, a plena luz, los codazos, Robert Desnos no tiene más que cerrar los ojos y habla; en medio de los porrones, de las bandejas, todo el oceáno se derrumba con sus estruendos proféticos y sus vapores ornados de largas oriflamas. Los que interrogan a este durmiente apenas lo aguijonean, y la predicción, el tono de magia, de la revelación, de la Revolución, el tono del fanático y del apóstol surgen enseguida. Entre otras condiciones, a Desnos le bastaría con entregarse a ese delirio para convertirse en el jefe de una religión, el fundador de una ciudad, el tribuno de un pueblo sublevado. Habla, dibuja, escribe. (...) Pronto se ve nace la era de las ilusiones colectivas, ¿pero son después de todo ilusiones? Las experiencias repetidas mantienen a aquellos que se someten a ellas en un estado de irritación creciente y terrible, de nerviosismo loco. Adelgazan. Sus sueños son cada vez más prolongados. Ya no quieren que se les despierte. Se adormecen viendo dormir a otro, y dialogan entonces como habitantes de un mundo ciego y lejano, se increpan y a veces hay que arrancarles los cuchillos de las manos".

Volviendo a la frase que abría este (primer) posteo: no podía creer que nadie más lo haya notado. La alegría que tuve al leer (y después releer una y otra vez hasta convertir las palabras en pulpa gris, estrujada a medida que aumentaba el placer de la revelación) aquel renglón del muy recomendable "Historia del Surrealismo" de Maurice Nadeau, es inexplicable. Por fin alguien se hacía eco de mis pasiones revueltas: pasando revista a toda la cofradía surrealista en 1924, dice "(...) Desnos, de zuavo, con sus ojazos inquietantes..." (tras recuperarme del fogonazo, corrí al diccionario a buscar el significado del término "zuavo", eso sí). ¡Al fin! ¿Es que nadie había notado los ojos que tiene este muchacho? Sí, la poesía, sí, el sueño y las anécdotas sonámbulas, sí, todo eso, pero... ¡Esos ojos! Nunca ví más misterio acuartelado en una mirada, en una misma mirada, en amorosa conjunción, la transparencia y la opacidad. ¿De qué color serán los ojos de Desnos? ¿Existirá pintor alguno, valiente contemporáneo, que se arriesgue a sugerirle a esos ojos blanquinegros de documento fotográfico que se vistan de algún color? ¿O son los ojos de Desnos todos los colores? Deseo y gula por los ojos de Desnos. Cuando el velador se apaga a la noche, mi lámpara se vuelve caleidoscopio giratorio donde desfilan en embrujadora procesión los ojos de Desnos. Desnos duerme y llena de sueños las habitaciones. Y también nos concedió el enorme, enormísimo favor de aprender a dormir sin párpados, para no negarnos a la visión de aquellos ojos que quitan el aliento, aquellos ojos sin color y de todos los colores del mundo, aquel misterio que toda una vida gustosa me dedicaré a desentrañar.


"A la misteriosa" (Robert Desnos, 1926-
mi poema favorito de todos los tiempos)

"Tanto he soñado contigo que pierdes tu realidad.
¿Habrá tiempo para alcanzar ese cuerpo vivo
y besar sobre esa boca
el nacimiento de la voz que quiero
Tanto he soñado contigo,
que mis brazos habituados a cruzarse
sobre mi pecho, abrazan tu sombra,
y tal vez ya no sepan adaptarse
al contorno de tu cuerpo.
Tanto he soñado contigo,
que seguramente ya no podré despertar.
Duermo de pie, con mi pobre cuerpo ofrecido
a todas las apariencias de la vida y del amor,
y tú, eres la única
que cuenta ahora para mí.
Más difícil me resultará tocar tu frente
y tus labios, que los primeros labios
y la primera frente que encuentre.
Y frente a la existencia real
de aquello que me obsesiona
desde hace días y años
seguramente me transformaré en sombra.
Tanto he soñado contigo,
tanto he hablado y caminado, que me tendí al lado
de tu sombra y de tu fantasma,
y por lo tanto,
ya no me queda sino ser fantasma
entre los fantasmas y cien veces más sombra
que la sombra que siempre pasea alegremente
por el cuadrante solar de tu vida. "

5 comentarios:

  1. :) me acuerdo que a los 16 mas o menos, llegamos a editar sueños colectivos con mis compañeros(técnica de cadáver exquisito + sueño de cada uno contado en 7 frases)incentivados por el profe de ilustración (un groso, era mucho más que eso...)la cuestión que terminamos mezclando nuestros sueños y dibujándolos en grupo, durante esas horas que duraba la clase bajo el influjo de música psicodélica, y ese fue el gérmen...
    Por esa misma época, con la obsesión de llevar mi diario de sueños, prefería estar la mayor parte del tiempo durmiendo jajaj, mas bien soñando (llegué a tener sueños muy increíbles, a colores, en blanco y negro, en forma de dibujos jaja etc),razón por la cual casi naufragan mis estudios (doble turno) jajja (también tenía un profe de física que me incentivaba a vivir en otra dimensión (?)) casi decido invertir las cosas y vivir la mayor parte del tiempo en el sueño y por acá lo menos posible...en fin :) sí mis profes me ayudaron a ser así (?)...cuantos recuerdos...

    un besogrande, bienvenida Surrealisma.

    ResponderEliminar
  2. Aclaro que después aprendí que el surrealismo es mucho más que eso...
    :) un beso

    ResponderEliminar
  3. Felíz estreno!

    es el color de los ojos opiáceos, sin duda, de orgasmo sostenido hasta el zumbido imperceptible, embriagador.

    (una de mis preguntas sin respuesta: ¿por qué, primero Isou y luego Débord, repitieron el modelo papisa Breton?)
    saludines

    ResponderEliminar
  4. Chica O., Alex, gracias por la visita inaugural, sean bienvenidos, los invito a picar algunos canapés de mangosta y a tomar algunas copitas de fermento de libélula (eso sí, rebajado con soda porque si no es un despróposito al hígado :P)

    Chica O: buuuh, ¡cómo me arrepiento de no haber hecho el bachillerato en Bellas Artes! :( Tantas historias me han contado Pablo y vos (y entre ellas, citándome continúamente al profe de dibujo que mencionás).. y yo sigo con mi cruzada militante a favor de la siesta, dormir es un ejercicio completamente creativo que reivindico, además de hacerme eco de la injusticia que denunciaban los surrealistas... pasamos la mitad de la vida soñando, entonces, ¿cómo se explica la jerarquía que le concedemos a la experiencia y lógica de la vigilia? Aquí hay conspiración escondida :p

    Alex: atinadísima descripción de ESE color tan característico y a la vez tan inaprensible de los poetas oníricos. Jajaja, muy buena la pregunta y siempre es un placer repasar en una misma oración los nombres de Breton, Isou y Debord :) Yo al Papa Breton lo banco a muerte, en su autobiografía "Mi Último Suspiro", Buñuel decía algo super elogioso sobre la consecuencia y la intransigencia de Breton hasta el último de sus días y recordaba la función del surrealismo como un programa moral aplicado a la comprensión del mundo (más que como un programa estético). Y adhiero completamente... o en todo caso, les aplicaría la definición que Susan Sontag hace de sí misma, como "esteta enamorada y moralista obsesiva".

    ResponderEliminar
  5. eiii ese poema lo tenia escrito en la pared de mi cuarto cuando era taan joven, lo amo!

    ResponderEliminar